Los rayos de luz buscaban desesperadamente un lugar en el que posarse cuando me encontraron a mi, sentado en el banco del parque, con las manos cubriéndome la cabeza y los pies pisándome el alma..
¿cómo he llegado hasta aquí?..
¿en qué momento se quebró todo y me vacié?.. Al calor de los primeros rayos levanté la mirada y ahí seguía, erguido, el viejo sauce del parque..
Cuántas habras visto ya de éstas...
cuántas de felicidad desbordante, descontrolada, cuántas de tristeza gélida y solitaria.. caminé hacia él y acaricié el tronco con mis temblorosas manos.. me apoyé contra él y así, abrazado al sauce, teñido por las sombras de sus hojas, arranqué un calor que creía olvidado..
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